martes, 21 de abril de 2009

Aprecio mas que nada mi vida interior, mi exquisito mundo privado, aquel que, aunque quisiera, no podría explicar. Es tan tructífero, es de tantos colores y tiene tantísimos matices, que no se podría entender la dimensíon ni la importancia que yace con él. Quisiera explicarlo. Quisiera que mi ocio tuviera sentido para la sociedad, y sin embargo, soy condenada.

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